La dirección de Navantia demuestra el más absoluto desprecio por el sentido común al contratar a Victor Küppers, un vendedor de humo del negocio de la autoayuda, para perpetrar una supuesta “charla motivacional” a la plantilla. Mientras Navantia exige sacrificios e impone salvajes recortes en el convenio, se dedica a malgastar miles de euros en un charlatán que cuenta anécdotas vacías y aplica juegos psicológicos de dudosa ética. Sus conferencias y “consejos” ponen en riesgo la salud, dado que carece de cualificaciones apropiadas en psicología o psiquiatría.
El discurso de Küppers es un engañabobos que pretende cargar sobre los trabajadores la responsabilidad de los problemas que genera la pésima gestión de una dirección que cree que un astillero se dirige como una cuenta de TikTok y pintando todo de colorines.
Esta no es una charla aislada, ya hubo otras impartidas por Mario Alonso Puig, un magufo vendedor de crecepelo, o peor aún, por Marián Rojas Estapé, una embaucadora reaccionaria que defiende opiniones homófobas y clasistas. ¿El “gobierno más progresista de la historia” sabe que una de sus empresas públicas financia y da voz a homófobos?
Esto no es “motivación”, es una política de Navantia para fomentar el individualismo y el egoísmo, para crear trabajadores sumisos que acepten dócilmente el empeoramiento de sus condiciones laborales. La dirección pretende inculcar conceptos ultraliberales y lavar la conciencia por su incapacidad para abordar los problemas de la empresa. Unos problemas de los que esta dirección es la única responsable: precariedad, carga de trabajo insostenible, falta de perspectivas profesionales y salarios de mierda que no alcanzan para un nivel de vida digno.
La motivación no se compra con espectáculos circenses, se construye con:
· Condiciones laborales estables, que acaben con la lacra de la temporalidad.
· Respeto a la jornada laboral y la conciliación familiar.
· Salarios dignos que permitan vivir con decencia y no solo sobrevivir.
· Inversión real en la plantilla, no en coaches frikis dignos de mercado medieval.
La charla prevista es un insulto a la inteligencia de los trabajadores y trabajadoras de Navantia, cuya cualificación y profesionalidad contrastan con las memeces de estos farsantes "gurús de la alegría". Mientras los astilleros necesitan inversión en tecnología y personas, la dirección se dedica a vender trucos de bufón de circo ambulante.
Es necesario poner las cosas en contexto: Küppers llega a cobrar más de 9.000 euros por contar milongas durante poco más de una hora. Mientras, un E10 debe trabajar más de 1.100 horas, casi 7 meses, para ganar esa misma cantidad de dinero. Es indecente.
Desde el Partido Comunista de Galicia exigimos:
· La cancelación inmediata de esta estafa y el cese de todo gasto en "motivaciones" de salón.
· La publicación del coste del contrato, que la plantilla conozca la cuantía del despilfarro.
· Que lo destinado a este fraude revierta en mejoras reales, en formación o las condiciones en los centros de trabajo.
· La contratación de un verdadero servicio de psicología que prevenga los numerosos casos de estrés, depresión, ansiedad y hasta suicidios acontecidos recientemente.
· El cese inmediato de quien consideró prioritario el gasto en una majadería sin base científica alguna.
Hacemos un llamamiento a los Comités de Empresa y las organizaciones sindicales de clase a que actúen contundentemente contra estas prácticas. Los trabajadores no podemos permitir que se rían de nosotros, no podemos callar ante esta burla. La motivación real nace de la lucha colectiva, de la defensa de nuestros derechos y de unas condiciones de trabajo dignas.